algunas noches
no espero la luna
acariciando las calles
acariciándome las sienes
las constelaciones
los trenes pasar
la monotonía del mundo
hay ocasiones
en que la memoria me funciona
como rompecabezas incompleto
las hojas volando el gris del pavimento
los besos robados las verdades amargas
las desidias de plaza las muertes cotidianas
todo se transforma en jirones de mi vida
el tiempo se hace un espacio vacío
digamos un ojal o una hendija
algunas noches me pierdo
en la sombra que me lame los pies
como cachorro fiel
en ocasiones amanece/ y la ciudad
con sus rumores de martillo
con su murmullo adormecido
me encuentra recogiendo las migajas
de un insomnio que era nuestro
ahora sólo mío
y el amor se torna un lugar
tan gris
que las palabras sobran
rumor de martillo, una genialidad
ResponderEliminarLas palabras sobran Maxi o no me alcanzan, o no encuentro las indicadas...no sé, este poema me llegó, así.. intenso.
ResponderEliminarYa no le doy más vueltas a lo innombrable momentáneo.
Un placer.
Beso